Luciérnaga...

Se puede estar sentado e inerte viendo al mundo interactuar, es una opción valida, un estremecimiento de pasividad que solo busca liberar minutos que hagan de la vida algo llevadero, sin embargo, en ocasiones la esperanza siendo inerte también nos contempla con sus ojos cristalinos y deseosos al despertar... El problema es saber si esa esperanza la guardamos o la adquirimos de acuerdo a la situación que se nos presente, es un debate continuo entre el conformismo y las ganas de vivir, un deambular por las sombras del bosque de ideas que nos rondan cuando estamos mal.... Ese bosque puede ser nuestro hogar durante mucho tiempo, y es cierto, las luces no aparecen, y el deseo de hacerse del bosque es cada vez más grande, los sueños se van apagando, y el mundo sigue girando, ya el ritmo no nos alcanza, y las ganas de hacerlo se diluyen en un pozo de adrenalina vencida... hace un par de meses vivía en ese bosque, era el alcalde de él... y yo no me moví de mi hábitat nocturno, simplemente llego una luciérnaga que me impresionó de tal forma que la observé y esperé a que se fuera... pero ella no se fue.... ella se quedó... ella me miraba y esperaba que yo no siga esperando... e irónicamente me pidió que la espere... hace un mes, me levanté y la empecé seguir, sin saber a donde me llevaba, me deslumbró de tal forma, que me hizo caminar por ese bosque sin saber que lo estaba haciendo... en un momento paré, y ella me miró... medité, y vi en mi interior, buscando incesantemente esa luz de esperanza que en algún momento tuve, y que dejé de lado marchitando sus ansias de vida... estaba en eso, cuando la luciérnaga se posó en mi pecho, y un latido acelerado me hizo ver más allá de la luciérnaga, me hizo ver a mi mismo, con una sonrisa y en un lugar donde la oscuridad ya no tenía cabida... no la toque, me pidió que no lo hiciera, a veces ni la miraba, solo seguía su latido que ahora estaba al lado mío, camine y camine... y en silencio esa esperanza salió a flote... me engañó completamente, pensé que había muerto, pero la luciérnaga la resucitó, y sin darme cuenta, estaba frente a un lago, el sol brillaba sobre mi, y la luciérnaga ya no brillaba como antes, pero seguía a mi lado, y aún cuando creía que su brillantez se perdía con la luz de mi alrededor, su latido ya estaba en mi, y ahora el brillo no estaba afuera, sino dentro de mi... fue un simple cambio....la esperanza que estaba guardada salió a darme valentía y la luciérnaga que yo amaba entró a mi corazón para iluminarlo...